Estimado Sr. Eduardo
Cundins
Durante casi 14 siglos no
han existido mayores problemas entre sunníes y shiíes que de ninguna manera son
equivalentes a católicos y protestante en el Cristianismo. Sunníes y Shiíes
tienen la misma creencia y los mismos principios. Y, en consecuencia, la
Comunidad Musulmana es una sola. Al mismo tiempo, el Islam no es monolítico y
contempla diferencias de interpretación jurídica y de pensamiento. Por eso es
que incluso los Sunníes tienen cuatro escuelas de jurisprudencia distintas: hanafi,
maliki, shafi’i y hanbali.
Lamentablemente, episodios
exclusivamente políticos de fines del siglo XX hicieron surgir múltiples
controversias en el Mundo Islámico que fueron utilizados con fines
divisionistas (el conocido “divide y reinarás”).
El terreno ya había sido
abonado convenientemente desde principios del pasado siglo cuando tuvo lugar la
disolución del imperio otomano, un estado multirreligioso, multirracial y
multicultural que había reinado durante 700 años. A partir del Tratado de
Versalles de 1919 surgen una serie de países artificiales en el Medio Oriente
en donde se fomentarán todo tipo de divisiones étnicas, religiosas y
nacionalistas que provocarán enemistades entre grupos que antes vivían en paz y
concordia. Mientras existió el estado otomano no se hablaba de árabes, turcos y
persas: eran todos musulmanes. En su administración se desempeñaron ministros
judíos, armenios y de otras etnias y religiones.
Todos los problemas que
hoy presenciamos en Medio Oriente han sido el resultado de esta política
devastadora surgida en 1919.Tenemos numerosos ejemplos en la historia respecto
de lo que produce el divisionismo intencional. Nuestro Virreinato del Río de la
Plata debería haberse independizado y haber formado una Patria Grande. En
cambio tuvimos cinco nuevos países. Y en el primer siglo de existencia dos
guerras que nos desangraron: la de la Triple Alianza (1865-1870) entre
Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y la del Pacífico (1879-1883), entre
Chile, Bolivia y Perú. El África poscolonial sufrió una fragmentación espantosa
que generaron guerras y conflictos interminables que aún persisten. Igualmente,
la India se partió en tres (India, Pakistán y Bangladesh). Recordemos lo que
sucedió cuando se provocó la disolución de Yugoslavia en 1990 con la guerra y
matanzas entre serbios, bosnios, croatas y kosovares...
Por otra parte, la
islamofobia es algo muy real que afecta principalmente a los musulmanes que
viven en Europa. No es un problema de enfrentamiento religioso. Tiene mucho que
ver con la actual decadencia económica de Europa y el escaso crecimiento de su
población (una familia tipo europea tiene un hijo como máximo y una musulmana
entre cuatro y cinco promedio, lo que provoca “temores” sociales y un futuro
incierto…).
A pesar de los estragos
causados por el nazifascismo, los europeos no han logrado erradicar el racismo
y las actitudes autoritarias y discriminatorias, y han buscado ahora un nuevo
chivo expiatorio para justificar y explicar la razón de sus males. Desde finales
del siglo XIX (no olvidemos el Caso Dreyfus) y durante la primera mitad del
siglo XX salieron a perseguir a los judíos. Y ahora han inventado un nuevo
enemigo: el Islam. Por eso, se puede decir que los musulmanes son los judíos
del siglo XXI. El mundo podría ser un verdadero paraíso si buscáramos
conocernos y comprendernos entre todos y solucionar nuestro problemas comunes.
Somos todos seres humanos y en consecuencia somos todos hermanos y hermanas de
una misma familia. Pero unos pocos inescrupulosos nos han dividido para su
provecho.
Está en nosotros
recapacitar y establecer la paz y la concordia y erradicar el odio, la
violencia y la discordia. El amor y la fraternidad curan todos los males. Este es el verdadero mensaje del Islam, el Cristianismo y el Judaísmo.
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Saludos, Ricardo Elía
Secretario de Cultura Centro Islámico de la
República Argentina