El panorama que surge de las entrevistas de hoy a los destacados invitados, el Dr. Luís Somoza y el Coronel (Ret) D Jorge García Mantel dejan a la luz un momento cumbre de la vida nacional en general y del sector militar en particular. La sociedad más ilustrada lo sabe, los hijos se van por Ezeiza y lamentablemente también los capitales, los empresarios y dueños, aunque disimuladamente usando medios sofisticados y otras salidas. La gente más humilde, con las escuelas cerradas y semicerradas, sin trabajo o con trabajos precarios no puede sino esperar un dinero en forma de planes de ayuda a contraprestación de alguna condición non sancta, prometida para después del momento de poner el voto y de ese modo simular la existencia de una democracia.
En nuestro caso, el de las Fuerzas Armadas (FFAA), y una de sus expresiones más visibles, reconocidas y honrosas, el de las Misiones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, en sus distintas formas, heredera de una política de Estado aún sobreviviente, el tema es el mismo que el Director del Programa el Cnl Eduardo Cundins advierte como la situación de contar con “Fuerzas Armadas sin país”, o dicho de otro modo como el de “Fuerzas Armadas sin fuerza” o “un brazo armado, sin músculo”, por la falta prolongada de los recursos materiales y presupuestarios necesarios.
Ya no se trata del peligro de los espacios vacío (tierra nullis) en la Patagonia, sino de los espacios llenos, si, llenos de personas y comunidades pobres de toda pobreza (se refiere en especial al conurbano bonaerense y el de Rosario), fuera del sistema, sin presencia estatal y dentro de una trama de violencia, narcotráfico y delincuencia que hace temer el desarme del tejido social y la pérdida del poder primario del Estado para ejercer el monopolio de la fuerza (Max Weber).
Todo ello en el marco de la Ciencia Política, refiere al tema denominado en ámbitos académicos, como “la cuestión militar”. Como la calificó Carlos Floria se trata de una “cuestión” especial, un “problema de problemas”, ya que requiere de una clara dirección política, una conducción estratégica militar realista y una adecuada preparación del Instrumento Militar para cumplir las misiones que la Defensa Nacional establezca.
Pero la cuestión militar tiene un marco teórico que, en breve, al menos en Occidente, surge de la aún vigente “teoría del control civil y el profesionalismo militar”, proveniente de la antigua corriente liberal inglesa, con sus prejuicios y reparos para la justificación del mantenimiento de grandes ejércitos movilizados al final de las grandes guerras, objeto particular de estudio de sus principales impulsores, L. Smith, M. Janowitz y S. Huntington, que evolucionó al promediar el siglo pasado, para convertirse en una sólida teoría de las relaciones cívico militares, que llegando casi inalterada a nuestros días, permite cumplir con rigor científico los estudios de esta cuestión.
¿Qué nos dice hoy esta teoría aplicada a la Argentina? Básicamente, lo que ambos entrevistados aducen en los últimos programas. Esto es, la necesidad de una política nacional y una política de Defensa, seria, previsible y sustentable para las FFAA y los demás organismos cívico militares de la Defensa. Y, como dice, el Cnl García Mantel, apoyándose también en la experiencia de oficiales altamente preparados y capacitados en los temas de Defensa Nacional, a lo largo de su carrera incluso en el Universidades y Colegios Superiores de Guerra y de Defensa en el exterior, que podrían aportar conocimientos trabajando en el Ministerio de Defensa y sus organismos dependientes.
Sobre estas bases, y sólo así, es posible asumir las exigencias para la formación y educación militar ya en el Siglo XXI, el alistamiento, el equipamiento, la doctrina, el adiestramiento operacional de sus buenos recursos humanos, y, en especial, el financiamiento anual y los presupuestos plurianuales correspondientes, que de no registrarse destruyen la razón de ser de las FFAA.
En síntesis la cuestión militar es uno de los problemas más importantes de la conducción política de los países tanto en proceso de desarrollo como en los histórica y largamente desarrollados como los EE.UU, en donde se mantiene una permanente atención a dicha cuestión, ya que las FF.AA conllevan el máximo poder bélico del Estado, tanto para fundamentar la defensa nacional y la seguridad interior, como para en ocasiones sobrepasar los temas específicos fronteras afuera del país e intervenir en la política exterior y en las Relaciones Internacionales.
Queda para otra ocasión, si surge en el programa, el tema del divorcio entre los conceptos de Defensa Nacional y Seguridad Nacional en nuestro país, bien advertidos por los entrevistados y los conductores del mismo, a quienes, junto al excelente equipo de programación, difusión y producción, aprovecho para felicitar y enviar los mejores deseos.