BRASIL Y ARGENTINA, ARGENTINA Y BRASIL ....NO HABLAREMOS DE FÚTBOL... ni de los gestos de afecto entre Neymar y Messi.
LOS TOTALITARISMOS NO
QUIEREN LA PAZ (Sofistas de la disrupción)
La voracidad por el
poder sin restricciones no puede inducir a un mandatario a decir “la orden de
combate está dada salgan a la calle los revolucionarios”. Con ello, el sucesor de los Castro iniciaba una irresponsable Guerra Civil…
(Ver https://www.youtube.com/watch?v=O_ewAUfSUyc ) de consecuencias
imprevisibles.
Pero esa voracidad se
torna en pánico cuando quien conduce los destinos de un estado no se halla
revestido de los atributos de la prudencia y la templanza que deben sí adornar
a un estadista. Virtudes principales que sí debe poseer un uniformado y es aquí
cuando la deformación de la hipertrofia militarista mueve a lo política como
ciencia arquitectónica en la construcción de convivencia a una burda maquinaria
agonal por la disputa del poder.
La envidia por lo
regímenes militaristas en los que la oposición no existe por amenaza o acción
directa los embelesa ante las inmunidades e impunidades que goza el politburó
nicaragüense, el Kremlim cubanos o la magistratura venezolana.
Destruido así el
espíritu republicano el vocabulario de la confrontación por la vía de la
violencia que quedaba en manos de la última ratio: la militar, pasa ahora a las
inexpertas y caricaturescas manos de los sofistas de la disrupción. Así,
siguiendo los dictados de los regímenes absolutos que asolaron el mundo
periférico desde sus metrópolis introdujeron la lucha de clases como único
motor de la historia logrando dividir para reinar. Con bombas metralleta o secuestros
millonarios o con Gramsci y Laclau en las aulas… fueron a por el mundo
democrático a cooptarlo, a fragilizarlo, a hacerse de ellos.
Y así llegaron a
Sudamérica´, África y el sudeste asiático…
Esta batallas campales
en las ciudades de Cuba así como lo fueron en Venezuela nos recuerda que la
matriz de los conflictos se desarrolla en el tejido urbano y “entre la gente”,
como lo hemos repetido cuando citamos a Rupert Smith. Son los Conflictos 3.0.
Queda palmariamente
demostrado que el fin perseguido por los llamados revolucionarios no es otro
que la perpetuación en el poder y en la mieses que éste disfruta:
Esta afinidad con regímenes totalitarios se
corona con el malquistado memorándum con Irán,
En contraposición,
casi contraintuitiva es lo militar lo que construye paz en lo algunos autores
denominan “Paz democrática”. Un esbozo de esta iniciativa fue la llevada a cabo
en el Ministerio de Defensa argentino que dio inicio a una serie de
“Conversatorios” (YOUTUBE/mindefargentina) “ “Argentina por la paz” “El rol de
las Operaciones de Mantenimiento de Paz en la Política de defensa Nacional”
claro está que no en todos los espíritus se anida la predisposición de aceptar
a lo militar como instrumento de paz. Y
así (en otra geografía) no demasiado distante pero sí lastimada por aquel viejo
conflicto sesentista aparece La liviandad con que “El Tiempo” del Grupo de
Diarios América y sin firma alguna afirma que “las trayectorias de los
militares colombianos convergen hacia intereses criminales” ofende la historia
descripta por el Premio Nobel 1982. Su mejor libro, según Gabriel García
Marquez: “El Coronel no tiene quien le escriba” describe descarnadamente ese
abandono que la política hizo de esa realidad violenta que no supo conjurar. El
“coronel” esperaba su pensión militar eternamente postergada, dependiendo de un
abogado abandónico, gestor entre un estado ausente que lo incorporó y luego
desertó. Su hijo Agustín muerto por esa misma violencia nacida por la política
dejó el amargor sublime que destila la obra. Tener guerreros es caro, pero es
más caro abandonarlos. Cuídenlos, no se olviden su soldada.
Los invitamos a que
nos sigan, los invitamos a disfrutar cómo la institucionalidad salva
repúblicas, aun la institucionalidad militar construye no solo escuelas de paz
en las que se capacita a los militares y policías en una suerte de ingeniería
inversa a construir puentes de entendimiento y acercamiento, casi coaliciones
entre países que integran mercados comunes pero la política, contradictorio,
parecieran destruir… Desde Chile, Uruguay o como ahora desde Brasil y desde los
ministerios concebidos. Otrora, para gestionar aquella violencia irracional que
se mudado de los campos de batalla para introducirse en nuestro día día
citadino
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