HOMENAJEAMOS A UN PEACEKEEPER EN EL DÍA DE LAS NACIONES UNIDAS.
Programa Nº 1330 emitido el sábado, 29 de octubre de 2022
En el día de las Naciones Unidas, ya acompañados en el estudio por un Veterano en Misiones de Paz, Daniel Fernando Cáceres, peacekeeper en Kosovo, Chipre y Haití nos permite homenajearlo por su trayectoria mientras comparte con la audiencia sus vivencias y experiencias.
77 años nos acercan a otro 24 de octubre pero de 1945 en el que Argentina se “subía” a tardíamente a la firma de la Carta de San Francisco. Con las infaltables anécdotas presentadas por Claudio Machado, nos sumergimos en la que nos cuenta Juan Benítez de nuestra Gendarmería Nacional. Adhiriendo al recordatorio de Naciones Unidas recurrimos a un documento extraído de una Tesis Doctoral: “La participación en misiones de paz de las Naciones Unidas y su relación con la política exterior y de defensa. Caso Argentina en Haití”. (De pronta edición en forma de libro) Pág. 154 (Acceso parcial) https://racimo.usal.edu.ar/5272/Sobrevenida la guerra mundial, las “potencias victoriosas” emergentes, una vez más, impusieron un nuevo orden global con el respaldo que da la sangre derramada. La novedosa condición del “Veto” por parte de los cinco miembros permanentes del nuevo Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nacido en 1945 (con la agregada/rezagada Francia) constituyó un eufemismo para resaltar la condición de unanimidad requerida para aquellas resoluciones que resultaren contrarias al interés de alguno de los “victoriosos” en la Guerra. Las facultades conferidas al Consejo de Seguridad en la propia carta resaltan el valor superlativo de la preeminencia conferida, nacida, a su vez del poderío resultante en la disputa de un conflicto armado y su ulterior desenlace incuestionable. Se otorgaba así autonomía “tutelada” por las potencias para dar trámite expeditivo a las crisis que, la ineficiencia de su predecesora (veintiséis años antes) hubiera condenado a la novel organización a otro fracaso inadmisible. La conclusión de los victoriosos era “no” a la guerra, aunque ella hubiere sido causa de su nuevo estatus de elite mundial. Lo que nacía era un orden pretendidamente cooperativo, consultivo y colectivo de mutua prevención y protección. Ya no solo la prohibición de la guerra o del empleo de la fuerza (Kellog, 1928). La “impracticabilidad de la guerra”, su condición de inaceptabilidad sin la debida participación de un foro con su anuencia o su consulta, tornándolo indefectible e imprescindible, colegiando las decisiones e internacionalizando cualquier uso de la fuerza. Era, finalmente, desalentar aventuras expansionistas, sueños antojadizos de conquistas o agresiones inconsultas. Pero detrás estaba el uso de la fuerza que taxativamente prevé el Artículo 42 de la Carta. Tras el paroxismo de la política exterior ambigua, veleidosa y desafiante de la República Argentina durante la guerra mundial y del hecho consumado del nuevo orden emergente, Argentina logró encaramarse y “figurar” entre los miembros fundadores de la nueva institucionalidad global, otra vez producto de habilidades individuales antes que de una política exterior sólida y rigurosa. (Ver Anexo 4). La firma en marzo de 1945 del Acta de Cahpultepec se reinsertaba al mundo de las realidades incluyendo la declaratoria de guerra al Eje ya debilitado. Presente en San Francisco superaba el escollo de la URSS en Yalta y de ser el único país “sudamericano excluido”. Sobrevino un mundo más predecible y con la expectativa de una institucionalidad que dirimiría pleitos, desavenencias y desencuentros. Pero por poco tiempo. La mutación del conflicto, siempre esquivo e inasible dividió al mundo en otro oxímoron: la Guerra Fría; la Paz nuclear. Y la derivación a la periferia de los litigios más filosóficos que prácticos en el dominio y el “modo de dominar” el mundo conocido, que ya no era Europa, era el orbe completo. La mudanza a la periferia del distanciamiento y la imposibilidad de dirimir la bipolaridad mundial generó un escenario de disputas cuya matriz tornaba en novedoso todo nuevo empleo del herramental burocrático o efectivo, ahora disponible, para alcanzar soluciones consensuadas. Aparece así la extensión física, la proyección territorial, la expresión realista de la institucionalidad de los parlamentos. La crisis de Levante con la irrupción del Estado de Israel en 1948 genera, como lo expresara Fuller (1988) “el acicate” del conflicto en el diseño de nuevas soluciones: nacen las operaciones de mantenimiento de la paz. Una matriz de aplicación efectiva que perduró hasta que se instaló una nueva realidad “los nuevos estados” una nueva estatalidad emergente y debilitada que no contenía en su seno las soluciones que definen al estado westafaliano. La subestatalidad ocupa la escena y los debates de cómo concebir soberanías autónomas en un escenario global totalmente alterado por nuevos y sorprendentes actores que tornan en vetusto todo intento de soluciones hasta ese momento concebidas. Mientras tanto Somalia: atentado del grupo terrorista Al Shabab vinculado a Al Qaeda, se atribuyó la autoría de los hechos que deja al menos 9 muertos y 47 heridos. El siniestro ocurrió en un concurrido hotel del estado de Jubaland. (Kismayo). Los perpetradores fueron abatidos por la policía. El país vive un clima de violencia e inestabilidad desde principios de la década de los años 90. Un atentado similar en el año 2019 ocurrió un ataque similar en otro hotel de la zona en el que murieron al menos 26 personas, incluidos estadounidenses y un británico, entre otras nacionalidades. En ese entonces también falleció un candidato presidencial. A pesar de controlar zonas del centro y sur del país, principalmente zonas rurales, Al Shabab también realiza ataques contra naciones vecinas como Etiopía y Kenia. Según reporta la agencia de noticias EFE, Somalia vive sumida en un caos desde principios de la década de los años 90. El derrocamiento del dictador que gobernaba entonces puso el territorio en manos de las milicias islamistas, sin gobierno efectivo y comerciantes de armas.
Mientras tanto Choques tribales dejan al menos 151 muertos y unos 86 heridos en Sudán. Los hechos de violencia se desarrollaron en la provincia de Nilo Azul. Las causas fundamentales de los enfrentamientos se deben a cuestiones no resueltas de la tierra o militarización de los grupos tribales, entre otras. Sudán está sumergido en un clima de grave crisis política y económica agravado por el golpe de Estado ocurrido en octubre del pasado año. Mientras tanto El nuevo hombre fuerte de Burkina Faso, el capitán Ibrahim Traoré, fue investido el viernes 21 de octubre como presidente de transición por el Consejo Constitucional. Había tomado el poder en un golpe de Estado el 30 de septiembre.
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