Mauricio Silvestre tomó las riendas de la comunicación
y a sus propias costas entabló él la llamada a Cascos Azules. A las
dificultades técnicas de la carencia de un estudio de grabación se suman las
dificultades que, los propios países sumidos en conflictos, generan. Malos
servicios de internet en sur de Líbano, próximos a la Blue Line
Mauricio
nos participa de su vida a más de 10.000 kilómetros de la Patria. Su sorpresa
de “desentonar” en el concurso de miembros de otras Fuerzas Armadas de países
europeos, de primer nivel protagónico en el sistema mundial… “nada que
envidiar…”
Desde
el África profunda, una vez más José Luis Medina. En un antiguo contacto nos
referíamos a los problemas del Ébola, que, si bien no es el problema acuciante
Sebastián
Fratto, un cercano y entusiasta académico
(hemos compartido, seminarios, charlas y trabajos en común), preocupado por
los temas de defensa es hoy funcionario en la Embajada Argentina en Beirut:
le devolvemos los saludos.
Mauricio
nos relata de una cierta estabilidad, siempre efímera, siempre tensa pero a
través de su sólida narración nos genera la confianza de una labor sólida,
profesional y rigurosa.
Rigurosa
en el árido trato con otras culturas, otros idiomas, otros horizontes.
Nos
sumergimos en un bálsamo de reconocimientos de virtudes ocultas o deliberadamente
distorsionadas, aberradas en un relato que en la última década ha intentado
demostrar que todo lo militar es malo, perverso, sanguinario.
Nuestra
gente en estas zonas de conflicto lleva el derecho de los seres humanos a su
máxima expresión. Con su presencia respaldan el derecho de gentes, la
dignidad del ser humano, la alegría de vivir en territorios desgarrados por
el flagelo de la guerra.
IDENTIFIQUE EL PROGRAMA COMO Cascos Azules 15 06 06
|