UN 9 DE JULIO INTERNACIONAL EN CEREMONIAS Y EL SERVICIO A LA PAZ
Un 9 de julio diferente. Surge desde sus bases, desde los pueblos y ciudades de nuestro noble y prístino interior, profundas manifestaciones de adhesión a esta épica, esta pretendida epopeya de caballeros y damas de honor que han sabido inmiscuirse en los conflictos armados para, justamente: desactivarlo, mitigarlo, disuadir a sus beligerantes a encontrar otros medos menos descabellados para resolver los contenciosos.
Desde San Carlos de Bariloche y desde Olavarría un grupo de Veteranos a los que la historia les reserva el debido reconocimiento nos participan de su compromiso y orgullo de pertenecer a esa “religión de hombre honrados” en el decir de Calderón.
Allí están Carlos Roch y su grupo de voluntarios que sobreponiéndose a la pereza tentando a la inacción se ponen de pie en un gélido domingo de julio para dar su ETERNO PRESENTE AL GENERAL ROCA en la Plaza Principal de San Carlos de Bariloche.
Otro tanto nuestra “Legión de Boinas celestes” como Rubén Palicer que porta la bandera, Oscar Juanena, Darío Acosta, Francisco Cerdá e Ignacio “Nacho” Silva que nos indican el derrotero a seguir. El camino ellos lo han trazado,.
En las lejanías, aquellas que le dan sentido épico a esta iniciativa, a esta empresa de dar a conocer los valores engarzados en gente de bien, un contingente pronto a ser reemplazado por su numeral 62 reconocen en la persona de un enviado de Dios al capellán castrense Reverendo Padre Javier Ricardo, un Hombre de nuestra Gendarmería.
El simbolismo que encierra que el párroco que atiende la salud espiritual de nuestros peacekeepers en Chipre sea de nuestra propia Gendarmería Nacional es premonitorio pues, este acercamiento de agencias que de consuno atienden la misma problemática de la inseguridad internacional se ven consustanciadas y amalgamadas en un mismo grupo humano con avales reconocidos y convergentes.
La violencia no conoce de fronteras, bordes o límites internacionales, el conflicto se ha mudado al corazón de las ciudades de donde se nutre y “atrapa” a sus incautos personeros del odio y la insurgencia.
La captación para delinquir, agredir o matar responde a la misma matriz perversa que han utilizado tanto las guerrillas de uno u otro signo, el yihadismo extremo, el narcotráfico, los señores de la guerra con los niños soldados o el narcoterrorismo en las selvas sudamericanas.
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Source by Cascos Azules