EDITORIAL DEL DIRECTOR

LOS PRINCIPIOS Y LOS FINES

Las instituciones son el refugio de los consensos. La propia naturaleza social del ser humano lo mueve a integrarse a formar parte de algo superior y más abarcativo, pertenecer a algo que lo contenga, que lo plenifique, que lo realice. A coincidir.

Asociatividades provocadas por la propia naturaleza del ser humano. Causa eficiente de lo social, de los grupos humanos y hasta de los estados. Los westfalianos.

La familia, la escuela y la comunidad son una etapa, pero existen otras instituciones que van en un arco desde las más sutiles y abstractas hasta las más complejas y ancestrales.

Las unas como la palabra empeñada, los juramentos, el matrimonio, los votos, la paternidad, la maternidad, los compromisos que se acuñan en un simple apretón de manos… sellan deberes perennes; otras, como los partidos políticos, el estado o las instituciones internacionales responden a estructuras más complejas y pretensiosas

La Institución internacional por excelencia, aquella nacida en un octubre de hace ¡casi 80 años! Se debilita.  

La sistemática desfinanciación a la ONU y su metódico menoscabo ha convertido a la emergente nacida tras la más grave y bochornosa conflagración ecuménica -la que va de un septiembre como ahora pero de 1939 a otro septiembre como ahora pero de 1945- (última guerra mundial) en un grupo burocrático cercano a los problemas más aberrantes de la humanidad pero alejada de sus soluciones.

Su pérdida de prestigio protagonizada por las propias potencias que la irguieron es hoy una realidad tan contradictoria y paradójica como bochornosa que sorprendería al más avezado historiador, psicólogo social, estadista o especialista militar.

Pero lo que sucede en lo macro sucede en lo micro, como un efecto contagio o derrame el recurso a los extremos, el eterno retorno a la violencia sospechada de solución se encarna en lo estatal. Presidentes o mandatarios con pasados guerrilleros hoy electos por votos populares democráticos no permite discernir acabadamente el extraño espíritu humano.

La licuación de la institución política POR EXCELENCIA de las democracias: “el partido político” oculta el advenimiento del mal mayor: El culto al individuo, a la individualidad, a la personalidad; el endiosamiento del exitoso devenido en poderoso, justamente de aquellos que no se abniegan lo suficiente para avenirse a constituir organismos de debate para la solución profunda, rigurosa y permanente de los problemas acuciantes que afectan al tejido social de los estados. Problemas sociales de difícil ingeniería.

Éste, el medio más difundido en temas de defensa de habla hispana, advierte sobre un recorte del presupuesto a las misiones de la paz de la ONU, aun mayor que el operado en 2003 y de cuya expresión gráfica la compartimos a continuación.

La institución madre de la cooperación internacional sufre de una anemia provocada por sus propios creadores que han optado por recomponer su aparato militar beligerante a expensas de su estructura diplomática. Superadas las instancias de consensos y reconvertido el globo en un inmenso teatro de guerra, solo la violencia y el error humano harán el resto. Sumergirnos en una futuro distópico y en un invierno que aletargará el desarrollo exitoso de las comunidades tanto las occidentales como las totalitarias.

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