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Nos llena de orgullo esta posibilidad de lucimiento de nuestros jóvenes en el el exterior. Estas “arenas” en las que las competencias “compiten” e igual a igual, con el solo requisito de “estar”. La comparación no podría ser más oportuna y ..hasta obvia.
La selección argentina masculina de fútbol es la argentina en el mundo, nuestros embajadores, un mecanismo de relojería sin estridencias ni exabruptos que se luce, se destaca y contagia un “orden” traducido en un espectáculo inigualable.
Otro tanto pasa con nuestros “destacados”. En una lejana Chipre, cercana a zonas de conflictos insalvables e insolubles la presencia de mujeres y hombres en vigilia permanente nos recuerda esa actitud de tenso desvelo en el cuidado de una sociedad consustanciada con esos valores que nuestra gente ha exportado. Sufren como los chipriotas el drama de un permanente conflicto interno que los carcome.
Es el caso de las funciones de Florencia Carabajal y Lionel (¡¡¡vaya coincidencia!!!!) Tapia Capurro que nos narran con serenidad y orgullo su labor que enaltece al país que los destaca. Engranajes que encajan perfecto en esta relojería puntual y prolija…
Otro tanto, la inefable anécdota que, como todas las semanas nos trae de la mano de Claudio Machado el Capitán de Fragata Pablo Cabrio en este caso… imperdible.
En pleno desarrollo del Ramadán Islámico y de la Cuaresma Cristiana…todo nos enriquece y nos mejora… conocer un mundo diferente que, justamente por ello… merece ser respetado y cuidado.
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Source by Cascos Azules